La dama negra, de Lorena Abal Louzán
A veces sólo hace falta un día, un momento, para que toda la vida de
una persona se vaya por el desagüe y no regrese jamás. El doce de agosto
es el día en el que Emma Alvarado recibe ese golpe de una forma fría,
dura y definitiva. Su marido, Alejandro Dumas, ha asesinado a los tres
niños que la pareja tenía en común. De forma fría, despiadada, con una
ferocidad y crueldad que ni los propios animales poseen, ha matado a
Miguel, Gabriel y Patricia Dumas Alvarado, de seis, cuatro y dos años,
respectivamente. El brazalete que supervisaba la orden de alejamiento
que su marido tenía impuesta ha funcionado a la perfección: además de un
pequeño choque y una taquicardia por los nervios, Emma se encuentra
perfectamente, sin un solo rasguño. Podrá vivir otro día para contar lo
sucedido y saber, con la convicción nacida del optimismo propio de la
raza humana, que su marido quedará libre.
Un año más tarde, de visita en el cementerio, el lector tiene la
oportunidad de conocer a Ángel, la pareja que tenía desde que rompió su
relación con Alejandro antes del brutal crimen. Allí es donde tiene una
súbita revelación en forma de la más normal de las conductas del mundo
animal: la mantis religiosa. Tras el apareamiento contempla cómo la
hembra arranca la cabeza del macho y lo devora. Pasando por alto que es
un hecho muy difundido del reino animal pero que, en la realidad, no se
produce en la totalidad de los casos, representa una figura alegórica
perfecta. Tal y como dice la autora poniéndolo en el pensamiento de la
protagonista: " Emma ya sabe lo que tiene que hacer." Religiosa, tal y
como podemos observar en la escena del automóvil ocurrida un año antes,
acude a un sacerdote para que escuche su confesión. Pero no sobre los
pecados pasados, sino sobre los que están por venir…
El periplo de Emma y Ángel, un hombre alto, fuerte, musculoso de raza
negra y uno de los mejores fotógrafos del mundo que siempre firma como
Broderick McKinley, comienza en Lanzarote. Es allí donde la joven
recuerda la muerte de Helena, también asesinada Pese lo ocurrido no deja
de sentirse mal por haber olvidado a su pequeña hermana. Su abuela
Estrella ya les previno con que, en esta vida, no verían más que
sufrimiento por su forma de ser… e incluso dijo cómicamente que alguna
acabaría con un negro. Por desgracia para todos, la abuela Estrella
había acertado. El viaje a las Canarias, con el objetivo de visitar a la
familia de Alejandro no resulta ser la mejor de las ideas, pero al
menos obtiene la información que necesita: a pesar de que Alejandro y su
familia eran argentinos, él siempre se había sentido colombiano, como
su padre, y allí es donde está. Aunque ha dejado una última carta para
ella.
En ella, la bestia enfermiza, el repugnante maltratador y asesino de
niños la hace culpable a ella de la barbarie que había cometido. Su
pecado: haberle sustituido por un negro, etnia a la que considera por
debajo de los animales y alguien impropio de usurpar su puesto.
Naturalmente, justifica en la carta todos los golpes, las palizas, las
agresiones bestiales… porque los maltratadores siempre tienen excusas
para todos sus actos por enfermizos que estos puedan resultar. Le
amenaza con matar a su actual pareja, aunque no él mismo porque "jamás
me mancharía las manos con tan vil sangre", dice. Alarmada sabiendo que
Alejandro es capaz de llevar a acabo su amenaza, hace el amor por última
vez con Ángel y le deja una nota de despedida que el hombre lee al
despertar al día siguiente. Y sabe entonces, con toda la certeza, que
Emma se ha ido. Pero hasta qué punto sólo lo sabrá el fiel lector.
Desde ese instante comienza una historia muy diferente: una historia que
atañe a otra de las emociones básicas de todo ser humano. Tras una vida
de miedo y de haber conocido la alegría y el dolor casi al mismo
tiempo, se abre paso otra emoción mucho menos ética pero que se revela,
indefectiblemente, como la adecuada a la situación y que será la que
conduzca a Emma Alvarado: la cólera. Aquí encontramos conexión con
ciertas historias de venganza como pueden ser, cada una a su modo, la
novela "La reina de Sur" (Arturo Pérez Reverte, 2002), la saga de cine
"Kill Bill" (Quentin Tarantino, 2003-2004 y posiblemente 2014) o incluso
el cómic español "Mal chance" (David Morancho y Martín Pardo, 1996),
del que existe una adaptación para la gran pantalla en proyecto, y cuyo
símbolo es una mantis religiosa, lo que enlaza perfectamente con el
comienzo de la actual novela a análisis.
Aparecen mencionados como por casualidad un par de libros que se
encuentran en la casa donde Ricardo, antigua mano derecho de Alejandro,
la conduce para ayudarla. libros como "El imposible olvido" y "La pasión
turca", ambos del escritor ciudadrealeño Antonio Gala (aunque a él le
gusta afirmar que es cordobés, dado que allí es donde fue criado). La
autora ha escogido un párrafo de "El imposible olvido" de cuya elección
acusa a Alejandro: "¿Qué padre es consciente de que a su hijo no se lo
han garantizado de por vida? La muerte de él rompe el sentido de la vida
nuestra. Se aniquilan, de un manotazo, las perspectivas, las
esperanzas, las luces del futuro… La parte esencial de uno mismo se seca
de repente... Del dolor sabemos cuándo empieza pero no cuándo acaba.
Porque no acaba nunca... Una dicha nunca basta para toda la vida, pero
sí basta un único dolor." Podemos interrumpir aquí la lectura del libro.
El otro libro mencionado, "La pasión turca", fue llevado a la gran
pantalla por el director barcelonés Vicente Aranda e interpretada en su
papel principal por la actriz, directora y cantante Ana Belén, en 1994.
La controversia de esta película, que no contó con el beneplácito del
autor del libro homónimo, también se vio influida por su alto contenido
erótico en algunas escenas. Fue rodada casi en su totalidad en Estambul y
su trama tiene mucho que ver con La dama negra: tanto el libro como su
adaptación tratan de una mujer, Desideria, que abandona toda su vida por
la pasión que le despierta un guía turístico, Yaman, de origen turco
ante un matrimonio que la asfixia dada su enorme convencionalidad, pues
ella siempre imaginó una vida diferente (¿y es que alguien no?). Su
semejanza con la vida que había llevado Emma hasta el asesinato de sus
hijos es tan evidente que no precisa mayores comentarios.
Pero Emma Alvarado no sólo lleva consigo deseos de venganza y
pesadillas: también se trata de una mujer que ha sido instruida en el
manejo de las armas de fuego por parte de su marido con una doble
intención. La falsa: que consistía en su propia defensa ante un
desconocido agresor y la auténtica: servirle de ayuda en el caso de que
una banda rival, o quizá las autoridades, fuera a detenerle por los
negocios que se traía entre manos. Desechamos, pues, la posible figura
que hemos podido pensar que era hasta ese momento (la mujer ignorante en
el combate a la que sólo mueve la venganza) y comenzamos a descubrir,
poco a poco, una faceta más oscura de la protagonista, una que pensó que
nunca tendría que dejar traslucir a la superficie de su ser. Aquella
que pretende que sea, a un mismo tiempo, la macabra obra maestra y el
destino final de su marido que, además, es miembro de las FARC.
En la historia, de forma salteada y con intención clara de no aburrir al
lector, se proporciona información de la situación de Colombia y los
grupos armados que la forman. El cultivo de cocaína como única forma de
encontrar una forma decente de vivir, a pesar de lo éticamente
cuestionable que pueda resultar este hecho, y todos los intereses
creados alrededor del mismo. Las mencionadas FARC (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y
el EPL (Ejército Popular de Liberación). Estos grupos propiciaron la
aparición de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), grupo de extrema
derecha que trataron mediante el uso del asesinato, la tortura y el
terror de poner fin a las actividades de los tres grupos mencionados
anteriormente, sin conseguirlo. A pesar de encontrarse oficialmente
desmovilizados, muchos de sus integrantes aún siguen en activo.
Bajo todo este conjunto de elementos claramente hostiles a la presencia
de una europea en su territorio, Emma Alvarado debe abrirse camino. Con
un estilo muy visual y de narrativa muy fluida, la autora no conduce por
los pasos que Emma tiene que dar en dirección a su venganza. Antes del
final del quinto episodio ya se ha cobrado su primera víctima, a la que
sorprende en el avión que la lleva a Colombia. Pero dejaremos el detalle
de su identidad para quedarnos con lo verdaderamente importante: una
mujer que tenía dudas acerca de si sería capaz de matar o no llegado el
momento ha descubierto, de forma totalmente accidental, que lo es.
Incluso al poco tiempo, cuando más tranquila cree poder encontrarse,
nuevamente tendrá que segar una vida acto que, cada vez, va resultándole
más y más fácil. Ya decía el filósofo alemán Nietzsche lo que sucedía
con aquél que luchaba contra monstruos…
La Dama Negra alberga algunos secretos en su interior y la selva de
Colombia no es un lugar en el que no pueda llegar, hacer lo que se
supone que quiere hacer y salir de ella como si nada. Un proceso de
transformación va ocurriendo rápidamente en Emma, su amor por Ángel deja
paso a los recuerdos por una tercera persona y un instinto más básico
se va abriendo paso. Y así, asistimos a una sucesión de horrores,
algunos más visibles y otros sólo insinuados, donde se nos muestra en
multitud de ocasiones por activa o por pasiva la forma de ser de aquél
que Emma ha ido a matar y todos los que le rodean. Incluso la propia
Emma se ve obligada a realizar crueldades sin nombre, paradójicamente,
por el bien de aquellos a los que hace daño (recuerden a las tres niñas
polacas). Así pues, "La Dama Negra" es una obra de redescubrimiento
personal basada en el horror que el ser humano puede causar y sufrir.
Escrito en tercera persona, tiempo presente, con un narrador
semiomnisciente que nos narra parte de las inquietudes y sentimientos de
Emma Alvarado. ¿Busca de forma sincera la venganza o sólo se trata de
una forma elaborada de suicidio ya que, al ser católica convencida, sabe
que no puede acabar ella misma con su vida? Ese punto no es revelado
por el narrador que, a medida que avanza el relato, pierde parte de su
fuerza a favor de la voz propia de Emma. Una Emma que no desaprovecha la
ocasión de realizar una serie de críticas hacia su Galicia natal
aprovechando la interacción con otros personajes. Críticas, por otro
lado, totalmente ciertas. La aparición de más personajes sólo sirve para
incrementar la sensación de paranoia y claustrofobia mental de la
protagonista, que ya no tiene a nadie en quien confiar y, como todo
animal herido (aunque sea emocionalmente hablando) es peligrosa.
Existen algunos elementos que, pese a ser comprensibles, no pertenecen a
las figuras o expresiones clásicas. Ricardo, el camaleón, afirma ser
omnipotente cuando el término que más le convendría a ese momento del
relato es omnisciente. Menciona a los cuatro caballeros del Apocalipsis,
pese a que sabemos que el término común para referirnos a ellos es
Jinetes. Sin embargo tiene un gran acierto cuando menciona a la Muerte
en la forma de la Dama Negra, enlazando con el título del relato y
cerrando así el misterio que acompaña a toda creación literaria: ¿por
qué se llama el libro de esa manera? En este párrafo, muy al comienzo
aún de la novela, hemos encontrado la explicación de forma clara y
concisa. Emma Alvarado en la personificación de la Dama Negra.
Destacaré un párrafo por encima de todos los demás no por lo que
muestra, sino por lo que insinúa y que, paradójicamente, nos es mostrado
en el comienzo del periplo de Emma Alvarado, mucho antes de que
comience a empuñar un arma. Se trata de un escrito de su amada hermana
Helena que dice lo siguiente: "No tenemos un motivo aparente para vivir.
Caminamos en la bruma, actuamos sin sustancia, y es que la humanidad
actual no necesita conceptos. El ser humano es un ente erróneo, que no
puede existir solo pero que tampoco logra hacerlo en compañía. Está en
su propia condición de humano, en su naturaleza, el ser mitad y mitad.
Mitad bien, mitad mal. Una mezcla explosiva, alterable". Lo más terrible
del texto no es el pesimismo inherente a esas palabras, sino la
absoluta convicción del que escribe estas otras de que la autora, lo
sepa ella o no, está en lo cierto.
Si se me permite, y antes de concuir, me gustaría mencionar una cita de
Sir Francis Bacon que parece revelar claramente lo que sucede en la
mente de Emma: "Una persona que quiere venganza guarda sus heridas
abiertas.", si bien Nietsche, ya mencionado con anterioridad, también
añadiría que "En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara
que el hombre."
Se trata de una obra muy bien escrita, preñada de
sentimientos de violencia y venganza, fantásticamente articulada y,
desde luego, no apta para estómagos delicados o amantes de los finales
felices. Porque nunca una venganza puede terminar del todo bien, por
mucho que lo parezca, y este es otro de esos casos. Una terrible, y
maravillosa a un tiempo, novela.
La autora es Lorena Abal Louzán, nacida en Galicia hace veintitrés años,
es una ávida lectora que escribió su primera novela con catorce años y
no ha dejado de lado su inquietud literaria desde entonces, según puede
leerse en su perfil de Bubok. Pese a su juventud, ha viajado por
Francia, Portugal, toda España y buena parte del Caribe. Habla cuatro
idiomas y es maestra de educación infantil pero, por encima de todo, es
una persona comprometida con diversas organizaciones no gubernamentales.
Actualmente uno de sus mayores intereses a título personal es que se
reconozcan sus habilidades como escritora. Creo que después de "La Dama
Negra" no debería tener ningún problema a este respecto.
Aquí os dejo el link:
Reseñas de LibrosLa dama negraEditorial: Abecedario
Autor: Lorena Abal Louzán
Páginas: 376ISBN: 978-84-92669-63-9
Reseñado por Andrés Díaz Hidalgo